28 may 2011

Para Reme : Después de 34 años juntos...





Vuelven los caballos a inquietar el silencio,
conscientes de evaluar su destino.
La cadencia de su caminar
censa el signo de su origen.

Al paso transcurren las notas
que más valor esconden,
pero que a la vez menos se aprecian.
Aquéllas que siempre socorren,
las que permanecen hasta el ocaso.

Al trote vuelan las hojas
que siempre hemos deseado coger,
las que inquietan la carrera,
las que alegran y las que desasosiegan,
las que dejan el poso alegre o amargo.

Al galope, las marcas que es mejor olvidar,
presentes con ruido y con dolor,
a las que hay que tratar como sueños,
de cuyo recuerdo hay que deshacerse
en el silencio de la noche.

Al principio, una salida alocada,
casi sin mirar atrás.
En el medio, el deseo
de seguir adelante sin saber por qué.
En el fondo una sensación
de carrera sin salida ni meta.

Pero siempre está consciente
el inicio de una nueva etapa.
Y sobre todo, presente en el camino,
la fortuna de tener a alguien
con quien compartir la ruta.

Porque con la Compañía diaria
los caballos y la carrera
dejan de ser protagonistas.
La salida se hace dulce,
y la meta poco inquietante.
El camino se hace así más suave.

Con ella, las notas de los acontecimientos
que vienen el paso,
se convierten en la melodía de cada día
y en la almohada de cada noche.

Con ella, las hojas que levanta el trote
quedan en el recuerdo
como luces permanentes
de colores familiares.

Con ella, las marcas del galope
se asumen con serenidad,
se evalúan en la noche,
y se tratan de borrar con paciencia.

El valor de lo andado
adquiere su máximo esplendor
cuando en el largo camino
miras a tu lado,
y sientes que tu Compañera,
después de trotes y galopes,
a pesar de huellas y marcas,
y obviando partos y llantos,
conserva aún la frescura de la virginidad.

TXOMIN

20 may 2011

OTRA JORNADA DE COCINA

Imagen de Txomin García Valerio  Hoy, en el lugar habitual utilizado para estos eventos, ha tenido lugar otra sesión gastronómica que ha cumplido las expectativas que teníamos planteadas al efecto, basadas, a priori, en la conjugación del verbo comer.

El esquema que hemos seguido ha sido similar al utilizado en ocasiones anteriores : planteamiento del menú, compras, preparación de los ingredientes, elaboración, emplatado y presentación, situación en la mesa, degustación y valoración. Todo ello encauzado para tenerlo todo dispuesto para la comida del mediodía.
Moderados como somos, hemos acordado un menú dirigido a no comernos el presupuesto tácitamente establecido para la jornada, aunque con la idea siempre clara de comer todos y cada uno de los tres platos de rigor, que aparecen en las fotografías.
Como disciplinados alumnos, hemos estado asistidos, física o mentalmente, por las respectivas recetas, que hemos seguido fielmente sin comernos ni una sola letra. Por otra parte, el hecho de que cada uno se ocupara de su parte del menú, ha impedido que cualquiera de nosotros tuviera la ocasión de enseñar sus artes para comer la moral del compañero próximo. Es más, cuando hemos querido intervenir cerca de Aitor para plasmar una simple apreciación respecto a que el calor del fuego se había comido el color de los pimientos verdes del marmitako, hemos recibido de su boca la consigna clara no meternos en su campo : “vosotros comer y callar”.
Como paso previo a sentarnos a la mesa, el juego del emplatado ha servido para dar un lance a los expertos en la materia, quienes como si de expertos jugadores de ajedrez se tratara, no han dejado comerse ni una sola pieza.