Lo habíamos anunciado hace tiempo, aunque pocos creyeron que se tratara de una apuesta en firme. Lo habíamos programado con la antelación con que se intuyen los grandes acontecimientos, aunque algunos pensaron que al final la pereza superaría al deseo de formalizar la propuesta. Y finalmente lo habíamos confiado de forma abierta a los posibles voluntarios, aunque unos cuantos renunciaron a última hora a colocarse el mandil, dudando, al parecer, de sus habilidades culinarias.
Pero por fin llegó el día, y se materializó la primera jornada de estudio gastronómico. Con mucho ánimo, pasión, conocimientos y participación activa de los convencidos.
Con la poesía y animación propias de los trovadores y juglares de la Europa medieval : tocando los instrumentos y herramientas propios de la cocina; desgranando las historias y leyendas de las recetas rescatadas para servir de soporte al menú; cantando las melodías de las materias primas que han servido de partitura para la música extendida sobre el horno y las placas; y gozando de la lírica de una presentación perfectamente asentada.
Con todo ello, hemos terminado por donde, de forma desacertada, algunos entienden que debiera ser el principio : disfrutando de forma cabal de las viandas; reconociendo las virtudes de cada plato; esparciendo dentro de nuestros cuerpos adecuadas bebidas; y valorando cada elemento como estrictos profesores.
En resumen, jornada completa de la que hemos salido totalmente satisfechos, aunque con un claro objetivo, que es el de disponer la forma en que podamos superar la nota en la próxima clase que tendremos el mes de abril.
MENU :
1.- Calabacín relleno
2.- Merluza gratinada con salsa de piquillos
3.- Melocotón con flan a la naranja